¿Y a donde van… todos los mentirosos?
A tu casa. A tu puerta. A tu dintel.
Quieren vino de tu cosecha muerta
de tus labios, tus senos y tu insensatez
De tu leche agria quieren beber
Y nunca se sacian sus almas sedientas
Aquellos que no tienen nada que hacer
que el ocio es su vicio,
son un desperdicio
Son ciegos, son cortos de entendimiento
y piensan que en tí, hallaran su sustento
Ahí en el rescoldo de tu insensatez
ahí entre tu brazos, infamia, ignominia
Tu escuela es letal y tu ciencia es carnal
tu fruto es mortal como el más inmoral.
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