El pasado sábado 19 de julio, el Señor me dio la oportunidad de presentar junto a la Sinfónica de Iglesia el Shaddai y un extraordinario equipo de actores y de producción, el drama musical Armagedón. Fue increíble. Una gran experiencia.
Por varios años había estado apoyando a la Sinfónica de Iglesia El
Shaddai en sus diferentes presentaciones (dos cada año) haciendo el papel de
narrador detrás del telón. Nadie sabía de quién era la voz, pero ahí estaba.
Algunas veces debía hacer de voz de D!os y eso me ponía muy nervioso. No me imaginaba que un día de repente iba a
recibir la invitación para escribir un guión de una obra de teatro para
realizarse junto a la Sinfónica. Pero así son las cosas de D!os, que uno muchas
veces no espera.
A finales de diciembre del año pasado recibí la invitación de
parte de Ray e Ingrid Modia, directores de la Sinfónica. La idea que tenían
para la obra de teatro era “Armagedón”. La batalla final de Satanás y del mundo
contra Cristo. El lugar donde Jesús sellaría su victoria absoluta y total
frente a todos. Una batalla relatada en Apocalipsis, un libro lleno de
esperanza para aquel que cree en el Señor.
Yo acepté porque tenía casi 3 meses de haber dejado el grupo de
jóvenes en el que servía ya que el Señor me inquietó a apartarme por un tiempo
para tomar un segundo aire y preguntarle por la próxima misión que sabía que no
era ahí donde había estado, sino que
sería en otra área la cual yo no conocía. Pero ese día lo supe.
Tomé el reto, sabiendo también que recibiría ayuda de otros dos
guionistas, pero lamentablemente se tuvieron que retirar por otros compromisos
de Ministerio y/o familia. Así que me quedé solo para redactar el guión. Mismo
que con ayuda de D!os logré escribir en un fin de semana. Ya había pasado como
un mes juntando ideas pero toda la escritura fluyó en 2 días en el que no salí
para nada, excepto para ir a la tienda y al Banco. Fue un fin de semana
terrible porque yo me quería levantar y hacer otra cosa, pero el Señor me tuvo
ahí sentado dándome ideas.
El tema a tratar en la obra es muy delicado. ¿De qué forma podría yo acercarme al Apocalipsis? Uno de los libros más complicados de entender, puesto que fue escrito en un lenguaje complejo. Tenía un estilo literario conocido como apocalíptico, utilizado desde 200 a.C hasta el 200 d.C aproximadamente. Usaba muchas imágenes literarias para protestar contra el sistema imperante. Eran escritos que traían esperanza al pueblo de D!os en medio de la persecusión. ¿Pero como interpretarlo para nuestros días? Para empezar hay muchas interpretaciones con fuerte peso teológico. Esta el punto de vista premilenarista, posmilenarista y amilenarista. Y dentro de esas corrientes otras ramas complejas.
Solo por mencionar algo, hay quienes creen que el rapto de la Iglesia es antes de la gran tribulación, otros que es en medio y otros que al final. Hay quienes creen que este mundo va a ir de mal en peor hasta que venga Cristo y otros que la Iglesia como cuerpo místico del Señor acá en la tierra va a ir restaurando las cosas y logrando que el evanagelio llegue a todos lados y sane la tierra antes de que el Señor venga. Así Él encontrará un panorama muy positivo y pondrá a sus enemigos restantes bajo sus pies. Esta teoría me resulta muy atractiva pero tiene sus riesgos cuando lo ves en una perspectiva histórica. Además no veo que concuerde con las otras cosas que dijo Cristo respecto a su segunda venida.
Después de haber recibido la invaluable ayuda de amigos teólogos a quienes aprecio mucho y de leer un tanto de Teología Sistemática para tener un panorama general del asunto, llegué a la conclusión que no podría hacer de la obra un asunto 100% pedagógico - escatológico pues eso podría enredarnos y sesgar el mensaje que queríamos transmitir. Sabía que en el auditorio tendríamos desde maestros en teología hasta aquellos que nunca habían abierto la Biblia en toda su vida.
Si trataba de hablarle solo al primer grupo… cometería un gran error, ya que no quedas del todo bien con alguien que domina el tema mucho mejor que tú. Hay puntos de vista tan variados e interesantes. Ellos ya conocen lo básico del evangelio y mucho más. En cambio habrían personas con cero conocimiento del Apocalipsis y que probablemente creían que este libro se cumpliría literalmente con bestias saliendo del mar y cosas así.
La verdad no urgía hablar de cuántos años debería tener el anticristo y que tipo de soda gustaría beber. No me mal interpreten, no digo que los aspectos teológicos o escatológicos no sean importantes. Solo quiero hacer ver que eso no era lo urgente. Ya habrá tiempo de ver esos detalles en aulas de estudio. En cambio había un mensaje urgente por dar. ¿Qué tal si esas cosas empiezan a pasar hoy frente a nuestros ojos? ¿Que tal si lo que estamos haciendo o dejando de hacer afecta directamente el futuro de nuestra Guatemala en un contexto apocalíptico?
Entonces de ahí surgió la idea que la obra planteara la pregunta: ¿Qué pasaría si cerraran iglesias y nos prohibieran predicar? ¿Qué pasaría si te persiguieran por tu fe? ¿Qué pasaría si nos tildan de intolerantes por no ir con la corriente del mundo? (Eso ya está pasando) ¿ Qué pasaría si nos acusaran de terroristas por predicar un mensaje de "odio" (como suelen llamarlo) que señale el pecado en nuestra naturaleza? Qué pasaría si nos persiguieran al estilo apocalíptico, a la manera en la que el Imperio Romano perseguía y mataba a los creyentes en la época en la que el apóstol Juan escribió el Apocalipsis.
Así tomé unos sueños de mi adolescencia, cuando creé unos súper héroes que lograron sobrevivir al Apocalipsis y salvar vidas también. También tenía la idea de mezclar temas latentes como terrorismo y cibernautas al estilo “Anonymous”. Y por otra parte quería crear héroes guatemaltecos de carne y hueso sin súper poderes que desarrollaran su historia en un contexto nacional.
Esto me llevó a colocar el punto del drama en la Selva Petenera, donde los cristianos se encuentran huyendo del Nuevo Orden Unitario, el sistema implantado por un caudillo diplomático y satánico, el anticristo. Acá logré fusionar las ideas que tenía y resaltar el drama personal en esos tiempos. Amor, familia, lealtad, amistad, traición, etc. Fue una historia de ficción pero inspirada en profecías reales de la Biblia y en historias reales de héroes de la fe.
Al terminar el guión se lo envié a Ray en Miami y para sorpresa mía le
gustó, así que unos días después estábamos en casa de la Pastora Cecilia de
Caballeros para contarle el argumento y las ideas principales. También para
sorpresa nuestra nos aprobó la idea y hasta el nombre de la obra. A ella le
daba un poco de temor que la gente no llegara porque el título de la obra le
causara miedo, pero yo pensaba todo lo contrario, la gente va al cine a ver
cosas que le despiertan temor pero a la vez curiosidad.
Una vez aprobada la idea y terminado el guión debíamos empezar a reclutar actores y
voluntarios. Luego la publicidad. Yo seguí adelante con el reto pero desde un
principio dije que no quería dirigir. Consideraba que no era bueno para ello y
que no tenía el tiempo necesario. Pero por cosas de la Providencia tampoco
había un director. Así que cuando vi, ya estaba montado en el caballo y la
carrera estaba por empezar. Supuse que el Señor enviaría a un director pero no
fue así. En vez de eso me envío fuerzas y ánimo para dirigirla. Y colocó a una
amiga que ya antes había hecho los montajes de obras anteriores, Arely Arriaga. Muy valiente y disciplinada por cierto.
Nos embarcamos pues en la aventura de dirigir la obra. Convocamos
actores y voluntarios para el backstage. Todos estábamos sin recibir ningún
salario, desde Ray, el director, hasta el último de los servidores. Era parte
de esta aventura dar de gracia lo que de gracia recibimos. Era deber y
privilegio a la vez.
El Señor nos envió a los que Él quería para los personajes. Mi
petición era encontrar a los que Él de antemano hubiese escogido para cada
papel. Pasamos por dificultades ya que algunos no pudieron seguir y otros se
rajaron y tuvimos que buscar nuevos actores en las ultimas semanas. Una
Institución nos ofreció apoyo y luego nos lo retiró por causas externas de
fuerza mayor. Nos faltaba recurso técnico y no teníamos plata para ello.
Gracias a D!os hubo una empresa que nos apoyó con ello e incluso
nos ofrendó varias cosas, pero como ya habían adquirido compromisos de espectáculos y eventos relacionados con el Mundial de
Fútbol nos pudieron ayudar hasta la última semana. Recuerdo que un actor de los
principales que apreciamos mucho se enfermó del nervio ciático... y pasaron muchas cosas que no les
contaré. Pero los últimos 2 días pensé que todo se iba a caer. No dudé del
Señor, pero si temía que a lo mejor Él nos quería pasar por la escuela del
fracaso para enseñarnos algo. Temí por mi reputación y mi nombre. Quería
esconderme bajo la tierra porque pensé que todo se iba a arruinar. Pero… no fue
así.
La noche de la presentación el Señor me sorprendió ya que el
evento salió y la iglesia se llenó con miles de personas. Probablemente unas 4,000 o 5,000. La gente estaba atenta, siguiendo cada escena
cada línea. La obra se llevó a cabo con la secuencia que había pensado. La
gente se quedó hasta el final y les gustó. Hubo quienes respondieron al llamado
de Salvación y le entregaron sus vidas a Jesús. Eso a pesar de que el mensaje
no era de aquellos bonitos donde te dicen que Jesús te va a resolver todos tus
clavos y te va a prosperar jaja. No. El llamado fue de compromiso real.
Luego supe de reacciones diversas de personas impactadas por lo
que hicimos. Bueno, no nosotros, sino la Gracia del Señor con nosotros. Una
niña lloraba y lloraba y cuándo le preguntaron porqué ella dijo que había
entregado su vida a Jesús. Ella estaba impactada. Eran lagrimas de felicidad.
El Señor hizo como Él quiso y usó a los actores y equipo de
producción. Un equipo maravilloso y muy unido. Muchos eran de otras
congregaciones y eso me gustó mucho, porque no buscábamos levantar la banderilla
de ningún Ministerio terrenal sino la bandera de Cristo.
En fin, que puedo decir de todo esto? Que el Señor lo lleva a uno
a límite de sus fuerzas, su fe, su resistencia, etc. Para que postrado en
tierra uno deje el orgullo y clame ayuda. Luego el Señor se manifiesta y se
glorifica. Yo era como un Tomás y mi madre decía: Confíe en el Señor mijo. – Yo seguía dudando y al final de la obra, como toda mamá, sonrió al decir:
Te lo dije. Todo iba a salir bien. Porque el Señor es fiel. - Jajaja. Sí. Ahora lo digo con más firmeza: El Señor es fiel.