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martes, 18 de marzo de 2014

Por si Apocalipsis te da miedo...

Apocalipsis suele ser un libro que a menudo infunde miedo en muchas personas. Creanme que el libro a mi no me gustaba mucho. Pero últimamente, tuve un acercamiento al mismo ya que me involucré en la realización de una obra de teatro llamada Armagedón, que se presentará el 19 de julio en iglesia El Shaddai zona 14 de mi querida Guatemala.

Esto me llevó a investigar un poco más acerca del libro de Apocalipsis, de escatología, de milenarismo, amilenarismo, posmilenarismo, etc. Y a familiarizarme con el contexto histórico del libro de Apocalipsis y de la literatura apocalíptica.

La literatura apocalíptica es revelación. Y es un género literario que nació en la cultura hebrea en el siglo II y I antes de Cristo y se siguió desarrollando hasta el siglo II después de Cristo, en la cultura cristiana. Se produjo cuando los judíos estaban en el exilio y aguardaban la promesa de que un mesías vendría a liberarlos del yugo del opresor y a restaurar todas las cosas, incluyendo el culto en el Templo de Jerusalén.

Dadas las circunstancias en las cuales los judíos se encontraban, los escritos apocalípticos mantienen ciertos códigos reconocibles para ellos, pero no reconocibles para cualquiera. Como por ejemplo cuando se habla de “cuernos” se esta hablando de “poder”. Y cuando, por ejemplo se mencionan 7 cuernos, significa poder perfecto. Y 6 cuernos un poder imperfecto.

Los escritos apocalípticos antes de la venida de Cristo, apuntaban a un mesías que vendría pronto. El mesías vino, pero no como ellos lo esperaban. Llego manso, montado sobre un burrito. No fue un diplomático o un guerrero que peleaba con espada, arco y flecha. Fue un siervo que con su muerte y resurrección venció al pecado y a la muerte. Además tomó las llaves del infierno en su mano y luego repartió dones a los hombres. Se fue al cielo pero con la promesa de volver.

Los primeros creyentes vivían con sus ojos atentos al cielo esperando su pronta venida. Esta vez como el rey conquistador. La literatura apocalíptica era familiar en los judíos y creyentes del primer siglo. Pero ahora cobraba un mayor sentido, en Cristo. El mesías y salvador no solo de un pueblo, sino de todo el mundo.

En los años 80´s y 90´s después de Cristo, el emperador Domiciano exigía la adoración como hijo de Dios y perseguía sin piedad a la iglesia por no reconocer su divinidad. Por negarse a inclinarse ante su imagen y por declarar la divinidad y el único Señorío de Jesús, un carpintero y maestro judío que había sido crucificado unas décadas atrás y que se decía, había resucitado. El imperio era una bestia sedienta de sangre y nada podría detenerle.

Ante tal persecución y en su exilio en la isla de Patmos, el apóstol Juan tuvo una revelación. La visión de un jinete sobre un caballo blanco que vendría a la tierra a poner fin a la bestia, a la maldad, al dolor y a la injusticia. El Verbo de D!os, el Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesucristo.

Juan escribió en el código propio de la literatura apocalíptica, por lo que tratar de descifrar sus códigos en esta época moderna requiere de mucha investigación y esfuerzo.  Pero a pesar de todos los códigos, el mensaje es claro y la esperanza encriptada en él, se mantiene como una antorcha encendida para los creyentes alrededor del mundo.

El mensaje es que Cristo viene, como Rey, como conquistador. Y que aunque las cosas parezcan fuera de control y el sistema del mundo se levante contra nosotros como una bestia implacable… El Rey esta reinando y no ha perdido ni perderá el control. Él es soberano y Él es el único capaz de abrir los sellos que permitan el desenlace de la Historia de la humanidad.

El mensaje de Apocalipsis es ESPERANZA VIVA. Es un llamado a la resistencia cristiana, a la perseverancia, a la santidad, al compromiso, a la fe en medio de las circunstancias. Aunque fue escrito en el primer siglo, su tinta aún se mantiene fresca para nuestro presente y sus palabras nos impulsan a alzar la vista al cielo, sabiendo que la Historia Universal y nuestra historia particular, personal, están en sus poderosas manos. Que nada escapa de su control y que pronto vendrá.

Apocalipsis es esperanza, es fe y es el grito unánime de la Iglesia entera que dice: Sí, ven Señor Jesús.


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