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lunes, 7 de abril de 2014

¿Porqué se dice que María es la madre de D!os?


(Una Reflexión para mis amigos protestantes y católicos)
Vivo en Guatemala, un bello país con cientos de tradiciones y expresiones culturales y religiosas. Con un porcentaje alto de personas que se auto denominan cristianos - católicos, evangélicos y otros - siendo la primera la que encabeza dicho porcentaje. Pero aunque el número de cristianos es alto, también lo es el número de víctimas de la violencia y el nivel de corrupción. Algo totalmente paradójico. Quizá porque no todos hemos entendido el mensaje central del evangelio.
Paradójico también es ver como muchos evangélicos hablamos de una manera irrespetuosa y abusiva a los católicos y viceversa. Creo que debemos disentir pero en un clima de respeto. Porque… no es acaso en amor cómo debemos vivir, andar y enseñar? Así que por favor deje su piedra en la puerta porque no vamos a apedrear a nadie en nombre de D!os. Ahora, hablemos del tema que nos interesa.
Cuando se habla de María, este es un tema que parece “tabú” y al solo mencionarlo cada quien parece sacar su espada (Biblia) y estar listos para la ofensiva. Si esperas encontrar acá un post que invite a la discordia, quizá pierdas el tiempo, porque éste no es el fin.
La enseñanza protestante (evangélica) en nuestro país suele tomar una posición reacia ante el término “madre de D!os” aplicado a María. Muchos desde un principio dirían “¡Reprendo!” Pero de nuevo les digo: calma, guarden la espada y regresemos al contexto histórico donde este concepto fue tema de discusión.
Sí. Vamos al año 431 d.C. donde el concepto de María como la “Madre de D!os” o “paridora de D!os” (Theotokos) dio lugar a una gran discusión en el Tercer Concilio de Éfeso. Atanasio y Nestorio de Antioquía defendían el término “Christotokos” (paridora de Cristo) mientras Cirilo de Alejandría y otros defendían el término “Theotokos” (paridora de D!os).
La razón que motivó a los líderes eclesiásticos de esa época a disentir sobre este tema no era de carácter Mariológico sino Cristológico. Cristología es la rama de la teología cuyo enfoque es ahondar en quién es Jesús de Nazaret. Estudia tanto su naturaleza humana como divina y la relación entre ambas. Es decir, que la discusión no giraba alrededor de la naturaleza de María, sino de la naturaleza de Jesús. Cristo debía ser el centro.
La cuestión planteada era si María solo dio a luz solo a la naturaleza humana de Jesús o también a su naturaleza divina. El tema no era nuevo y tampoco ese Concilio iba a fijar la verdad, mas bien debía ratificarla o afianzarla. La cuestión parece sencilla pero cada punto de vista tenía (y tiene) implicaciones muy importantes.
Decir que María era solo “Madre de Cristo” o “paridora de Cristo” (Christotokos) era decir que ella había dado a luz exclusivamente a un Jesús humano y que por aparte la naturaleza divina vino a habitar en él. Esto era igual a decir que en Jesús coexistían no solo dos naturalezas sino dos personas distintas; que había en Jesús una conjunción o unión moral: Dios (una persona) y Jesús (otra persona).
Si esto hubiese sido así no se podría decir que D!os se encarnó (Juan 1), que Él habitó entre nosotros (Emmanuel), que Él sufrió por nosotros e incluso que murió por nosotros. Entonces, cómo podría salvarnos, entendernos y redimirnos integralmente: espíritu, alma y cuerpo? Esto era contrario a lo que se nos revela en las Sagradas Escrituras. Por tanto el término “Paridora de D!os” o “Theotokos” es el adecuado para referirse a la concepción.
María no solo dio a luz a un ser humano natural, sino a un ser divino, 100% D!os y 100% hombre. Naturaleza divina y humana en una sola persona: Jesucristo. Él tomó nuestra forma, experimentó lo mismo que nosotros y padeció lo mismo que nosotros. Tomó nuestras aflicciones y enfermedades y las llevó sobre sus hombros en la cruz para redimirnos de manera integral. Este es el misterio de la encarnación, algo totalmente extraordinario.
De nuevo quiero remarcar que el término “Theotokos” o “paridora de D!os” tiene y debe tener un carácter Cristológico y Cristocentrico. Es por eso que, algunos reformadores cristianos guardaban esta enseñanza.
Ahora quizá alguien pregunte: ¿Si María es la paridora de D!os, debería tener todo el derecho de recibir adoración? Es interesante encontrar que la Biblia se centra en la persona de Jesucristo como el unico mediador entre D!os y los hombres (I Timoteo 2:5). También encontramos en una porción de la Escritura que Isabel (traducido así por la Biblia de Jerusalén), llena del Espíritu Santo le dice a María: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; (Lucas 1:42 Biblia de Jerusalén). María está feliz y más adelante dice “…desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventuradaporque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre”(Lucas 1:48 y 49 Biblia de Jerusalén), pero más adelante cuando Jesús inicia su ministerio, una mujer alaba a María delante de Jesús diciendo “¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!” (Lucas 11:27) y Jesús responde “Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.” (Lucas 11:28) . Todavía más interesante aún es encontrar a María decir “Haced lo que él  (Jesús) os diga” Juan 2:5 (Biblia de Jerusalén).
Por ultimo, no se encuentran indicios en la Biblia ni en los escritos de los primeros padres de la iglesia, de un culto, adoración o veneración a María como el que se vemos actualmente. Esto fue el resultado de las tradiciones posteriores. La reforma protestante se apartó del culto a María porque lo que trataba era regresar a las raíces, a la Sagrada Escritura por encima de las tradiciones de la Iglesia Universal, puesto que históricamente muchas enseñanzas fueron trastocadas o perdieron su equilibrio. La idea es y ha sido volver a colocar a Cristo y a la Escritura en el centro. Ultimamente esto también se ha ido perdiendo en muchas iglesias por el influjo del relativismo y el posmodernismo y por una interpretación pragmática de las Escrituras.
Ahora, alguien preguntará: Si venerar a María no se enseña en la Biblia ni en los escritos de los primeros padres de la Iglesia, entonces… debemos rechazar la figura de María de manera irrespetuosa (como muchos han hecho con palabras ofensivas)? No. María ha sido la más bendita de las mujeres, que mostró humildad, mansedumbre, valentía, fe, amor y sobre todo obediencia. ¿Es digna de que se hable y se enseñe de ella? Sí. ¿Es digna de que se le imite? Por supuesto que sí. Seguir su extraordinario ejemplo nos acerca más a Jesús, nos acerca más a Dios. Recordando siempre las palabras que ella misma pronunció: hagan todo lo que él (Jesús) les diga.
Muchos discuten si María merece culto o no. (la respuesta remite a otra pregunta de la que me gustaría tratar en un post más adelante: ¿Qué es primero, la Sagrada Escritura o las tradiciones de la Iglesia?) Pero viendo a las Escrituras fijamente la respuesta es que solo Cristo merece nuestra absoluta veneración, culto, adoración.
Y solo quiero terminar con una sencilla pero significativa reflexión: Hay diferencias entre la enseñanza católica y la protestante pero lo más importante acá es saber qué dicen las Sagradas Escrituras. La Biblia enseña: Que Jesucristo (D¡os todopoderoso hecho carne) nació de una virgen. Él es Dios y es hombre. Todo fue hecho por medio de Él y para Él. Él murió por nuestros pecados en una cruz y resucitó al tercer día, para que al depositar nuestra fe en Él recibamos la salvación como un regalo. Y no solo eso, sino que recibimos su Espíritu Santo en nuestra vida para darnos la fuerza para perseverar en esa salvación tan grande. De Él viene el regalo de la salvación, de Él también la gracia de la santificación y la fuerza para seguir adelante y perseverar hasta el final.
Tú puedes estar presente en cada culto o servicio evangélico o en cada misa católica y aún así ignorar esta gran verdad. Por eso pregunto: ¿Has decidido entregarte completamente a Cristo y reconocer su señorío? No solo reconocerlo como tu Salvador sino como tu Señor. Señor de tus decisiones, Señor de tu corazón. Si no lo has hecho aún, este es un buen momento para iniciar tu relación con Él haciendo una pequeña oración con toda sinceridad. Reconócelo como tu Señor e inicia leyendo la Sagrada Escritura con toda dedicación pidiéndole al espíritu Santo que te guíe a toda verdad. Es la mejor decisión que podrías tomar. En la Escritura encontrarás seguridad, absoluta y completa seguridad de salvación. Ahí encontrarás Su voluntad, buena, agradable y perfecta.



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