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martes, 10 de diciembre de 2013

Viaje a la Crisis de D!os HOY

Hace una semana y media iniciamos con unos amigos de trabajo, un desafío llamado "El año de 12 Semanas".  Uno de los puntos que forman parte de este desafío es leer 2 libros que nos ayuden a crecer en algún área de nuestra vida. La lectura la llevamos ajustada a calendario para asegurarnos que las metas sean alcanzadas y medidas en el plazo establecido.

Tenía un libro por terminar y gracias a D!os he concluido su lectura, muy bueno por cierto: Historia del Cristianismo Tomo I, de Justo L. González. Espero poder conseguir el tomo II para continuar con la Historia.  Luego, el otro libro que estoy iniciando a leer se llama "La Crisis de Dios HOY" del doctor en teología y filosofía Juan José Tamayo. Parte del desafío que les comenté anteriormente, es escribir un poco de lo que vayamos aprendiendo de la lectura programada.

Hay, quizá demasiados términos en cada uno de estos libros y muchos temas que se colocan sobre la mesa, pero quisiera enfocarme en resaltar aquellas cosas que pudiesen servir de mayor provecho para cada uno de nosotros, desde una perspectiva práctica. Es decir, algo que nos de en qué reflexionar, pero algo también que nos lleve a la acción.

Historia del Cristianismo me dejó con un sabor agridulce, ya que la narración es apasionante y hay historias que inspiran a un cambio y una transformación de pensamiento, como las vidas de Agustín de Hipona, Francisco de Asís, John Wycliff, Juan Huss, etc. Uno encuentra historias inspiradoras de Papas que portaron con dignidad la tiara papal, pero también historias de Papas que la deshonraron, al igual que deshonraron a toda la cristiandad y la fe que profesaban. De todo hay, creyentes que dejaron una huella indeleble de fe, perseverancia y devoción, como de aquellos que no tenían ni la menor idea de que significaba ser cristiano y aún así utilizaban el nombre.

En este recorrido cronológico desde la era de los apóstoles hasta la época de los reformadores antes mencionados, uno encuentra cambios drásticos de paradigmas que van marcando escenas y temporadas. La era escolástica, en la cual el dogma era dogma y la tradición y autoridad de la Iglesia predominaba por sobre todas las áreas de la sociedad, entiéndase política, cultura, educación, artes, etc. Como la transición de pensamiento en el llamado Renacimiento para luego llegar a la Ilustración.

Es aquí donde se sientan las bases para el pensamiento moderno. Si bien en el pasado el pensamiento que moldeaba a la sociedad era, o pretendía ser, teocéntrista, llegamos al punto en que esto cambió a un pensamiento antropocentrista. Si bien antes la autoridad eclesiástica tenía la última palabra (y esta se usó demasiadas veces para perjuicio de la humanidad) y los fundamentos ideológicos y teológicos no se discutían, y quien lo hiciera podría arder en el fuego de los herejes, llegamos al punto en que el hombre llegó a dudar y a cuestionarlo todo. Donde la autoridad quedó en entredicho y los nuevos movimientos intelectuales propiciaban un aire de emancipación de todo yugo que pudiese privar al hombre de su libertad individual.

Pico de la Mirándola decía: "¡Oh suprema liberalidad del Padre Dios! ¡Oh altísima y maravillosísima dicha del ser humano! A él le ha sido concedido tener lo que decida, ser lo que quiera". Con esta expresión alababa la bondad de Dios al darle al hombre la capacidad del libre albedrío, pero también centraba su vista en las maravillosas cualidades y ventajas que poseía el ser humano, como artífice de su propio destino. Poco a poco la mirada del mundo occidental fue desenfocandose de la figura de Dios y centrándose en su más extraordinaria creación, el hombre.

En este marco, inicié a leer "La Crisis de Dios" que en su introducción y primer capítulo presta atención a la obra de René Descartes presentándolo con palabras de Hegel "uno de los hombres que han comenzado desde el principio todas las cosas, con él comienza la cultura, el pensamiento de los tiempos modernos".

Este despertar de la razón, este caminamiento iniciado por la duda metódica, nos he permitido ver la luz del progreso, pero también nos abrió la puerta a una nueva era en la que el hombre ha perdido la capacidad de ver a Dios, por no poder comprobar su existencia de manera científica.  Es ahora cuando se dice que no fue Dios quien creo al hombre, sino el hombre el que creó a Dios.

Europa y muchas naciones, están sumidas ahora en un pensamiento posmodernista, aunado a un fuerte ateísmo y deismo. Simplemente como lo predijo Dietrich Bonhoeffer en 1944: "Nos encaminamos hacia una época totalmente irreligiosa. Simplemente, los seres humanos ya no practican en modo alguno su religión, sin duda la palabra 'religioso' significa, pues, para ellos, algo completamente distinto."

Esta era nos ha permitido tantos avances tecnológicos y muchos progresos en todas las disciplinas. La humanidad ha evolucionado en su forma de pensar. Hemos alcanzado las estrellas. Pero en ese vuelo a las alturas, hemos eclipsado a D!os. Y al decir "eclipsado" lo hago prestando el término. Pues ya alguien había referido la misma analogía diciendo que a D!os no lo podemos destruir, como tampoco podemos destruir al sol. Siempre está ahí, brillando, dando calor. Sin embargo, podemos eclipsarlo. Y eso es lo que hemos hecho, hemos eclipsado a D!os sobreponiendo nuestros múltiples conceptos.

¿Pero en qué momento llegamos hasta acá? ¿Qué rumbo tomamos? La ruta, trataremos de seguirla apegándonos a los rastros que nos ha dejado la historia. Yo quiero saber, entender un poco más, yo quiero emprender la travesía. Si se animan a seguirme, bienvenidos sean.

Sirva esto de breve introducción para los siguientes post que estaré realizando en estas semanas, fruto de la lectura del libro "La Crisis de Dios HOY". Espero puedan encontrarlos interesantes y más aún les sean de provecho.


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