Apocalipsis suele ser un libro que a
menudo infunde miedo en muchas personas. Creanme que el libro a mi no me
gustaba mucho. Pero últimamente, tuve un acercamiento al mismo ya que me
involucré en la realización de una obra de teatro llamada Armagedón, que se
presentará el 19 de julio en iglesia El Shaddai zona 14 de mi querida
Guatemala.
Esto me llevó a investigar un poco más
acerca del libro de Apocalipsis, de escatología, de milenarismo, amilenarismo,
posmilenarismo, etc. Y a familiarizarme con el contexto histórico del libro de
Apocalipsis y de la literatura apocalíptica.
La literatura apocalíptica es revelación. Y es un género
literario que nació en la cultura hebrea en el siglo II y I antes de Cristo y
se siguió desarrollando hasta el siglo II después de Cristo, en la cultura
cristiana. Se produjo cuando los judíos estaban en el exilio y aguardaban la
promesa de que un mesías vendría a liberarlos del yugo del opresor y a
restaurar todas las cosas, incluyendo el culto en el Templo de Jerusalén.
Dadas las circunstancias en las cuales
los judíos se encontraban, los escritos apocalípticos mantienen ciertos códigos
reconocibles para ellos, pero no reconocibles para cualquiera. Como por ejemplo
cuando se habla de “cuernos” se esta hablando de “poder”. Y cuando, por ejemplo
se mencionan 7 cuernos, significa poder perfecto. Y 6 cuernos un poder
imperfecto.
Los escritos apocalípticos antes de la
venida de Cristo, apuntaban a un mesías que vendría pronto. El mesías vino,
pero no como ellos lo esperaban. Llego manso, montado sobre un burrito. No fue
un diplomático o un guerrero que peleaba con espada, arco y flecha. Fue un
siervo que con su muerte y resurrección venció al pecado y a la muerte. Además
tomó las llaves del infierno en su mano y luego repartió dones a los hombres.
Se fue al cielo pero con la promesa de volver.
Los primeros creyentes vivían con sus
ojos atentos al cielo esperando su pronta venida. Esta vez como el rey
conquistador. La literatura apocalíptica era familiar en los judíos y creyentes
del primer siglo. Pero ahora cobraba un mayor sentido, en Cristo. El mesías y
salvador no solo de un pueblo, sino de todo el mundo.
En los años 80´s y 90´s después de
Cristo, el emperador Domiciano exigía la adoración como hijo de Dios y
perseguía sin piedad a la iglesia por no reconocer su divinidad. Por negarse a
inclinarse ante su imagen y por declarar la divinidad y el único Señorío de
Jesús, un carpintero y maestro judío que había sido crucificado unas décadas
atrás y que se decía, había resucitado. El imperio era una bestia sedienta de
sangre y nada podría detenerle.
Ante tal persecución y en su exilio en la
isla de Patmos, el apóstol Juan tuvo una revelación. La visión de un jinete
sobre un caballo blanco que vendría a la tierra a poner fin a la bestia, a la
maldad, al dolor y a la injusticia. El Verbo de D!os, el Rey de Reyes y Señor
de Señores, Jesucristo.
Juan escribió en el código propio de la
literatura apocalíptica, por lo que tratar de descifrar sus códigos en esta
época moderna requiere de mucha investigación y esfuerzo. Pero a pesar de todos los códigos, el mensaje
es claro y la esperanza encriptada en él, se mantiene como una antorcha
encendida para los creyentes alrededor del mundo.
El mensaje es que Cristo viene, como Rey,
como conquistador. Y que aunque las cosas parezcan fuera de control y el
sistema del mundo se levante contra nosotros como una bestia implacable… El Rey
esta reinando y no ha perdido ni perderá el control. Él es soberano y Él es el
único capaz de abrir los sellos que permitan el desenlace de la Historia de la
humanidad.
El mensaje de Apocalipsis es ESPERANZA
VIVA. Es un llamado a la resistencia cristiana, a la perseverancia, a la
santidad, al compromiso, a la fe en medio de las circunstancias. Aunque fue
escrito en el primer siglo, su tinta aún se mantiene fresca para nuestro
presente y sus palabras nos impulsan a alzar la vista al cielo, sabiendo que la
Historia Universal y nuestra historia particular, personal, están en sus
poderosas manos. Que nada escapa de su control y que pronto vendrá.
Apocalipsis es esperanza, es fe y es el grito unánime de la Iglesia entera que dice: Sí, ven Señor Jesús.
Apocalipsis es esperanza, es fe y es el grito unánime de la Iglesia entera que dice: Sí, ven Señor Jesús.