EN ESTE 2014, TÚ ERES EL HIT NÚMERO:

martes, 28 de enero de 2014

El empirismo de David Hume

Siguiendo con la lectura del libro La Crisis de Dios HOY, me he encontrado con David Hume. Él fue un filósofo, sociólogo e historiador que nació en 1711.

Para él, todas las ciencias mantenían una relación directa con la naturaleza humana.  Como la lógica, la política y la estética. Todas tratan de explicar una parte del ser humano.

Él era un empirista, es decir, que entendía que todos los conocimientos de la mente (percepciones) son adquiridos a través de la experiencia.  Quiere decir, que esta corriente niega que vengamos con ideas  o principios innatos al nacer. Al contrario, venimos como una hoja en blanco, sin nada escrito y que todo el conocimiento que poseemos lo hemos obtenido a través de la razón, por la experiencia.

En asuntos de fe, opinaba que al nacer, no venimos con una idea preconcebida de D!os. Sino que lo que sabemos de Él lo aprendemos acá, por inferencia de los fenómenos que nos rodean. No negaba la existencia de D!os, pero sí negaba que pudiésemos obtener, a través de los medios naturales, una inferencia acerca de su existencia. En este caso fue opuesto a Descartes, del cual escribí en reseñas anteriores.

En lo personal, encuentro un contraste de esto con lo que dijo el Apóstol Pablo en Romanos 1:20 “ Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles (de D!os), su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que (los hombres injustos) no tienen excusa.”

En otras palabras, Pablo dice que a través de la naturaleza uno puede inferir o deducir su existencia. A esto se le ha llamado revelación natural, que es la revelación de D!os y su carácter a través de la naturaleza. Pero también creo que esta revelación es parcial. La otra revelación ha venido de la experiencia del hombre cuando su historia es intervenida por D!os en algún punto. De acá viene la revelación especial, como las Escrituras. El estilo profético (hablar en lugar de o por) se ve entremezclado con el estilo histórico de la Biblia.

Y es en ella que encontramos testimonio de Jesucristo, que es la revelación suprema de D!os a los hombres.  Aceptar su existencia histórica objetiva pertenece al campo de la razón. Pero aceptar su divinidad y señorío corresponde al campo de la fe.

Jamás podremos por los medios naturales y por un método empírico comprobar la existencia de D!os. Trataré de explicarme mejor. No puedo colocar la esencia de D!os bajo un microscopio. Tampoco puedo tomar un telescopio y contemplar el rostro de D!os más allá de nuestra atmósfera. No puedo demostrar científicamente que D!os existe. Pero puedo deducir sobre su existencia a través de medios naturales. Los descubrimientos en el campo de la ingeniería genética, por ejemplo, nos dejan anonadados al comprobar la increíble inteligencia en cada uno de los detalles que hacen al ser humano, ser lo que es.

También la Historia y los descubrimientos arqueológicos dan pistas acerca de la confiabilidad de las Escrituras Sagradas judeo cristianas. Todo esto lo puedo colocar ante ti.  Podemos llegar a deducir juntos que el testimonio del cristianismo es real. Pero es nada más a través de la experiencia vívida de la presencia de Cristo en tú vida que podrás al final comprobarlo finalmente. Es algo que trasciende al campo de la razón. Algo que tienes que probar tú mismo.

El testimonio de la naturaleza, el testimonio documentado de las Escrituras, el testimonio de la Historia y el testimonio de las ciencias... aunado al testimonio del Espíritu de Cristo que puedes experimentar dentro de ti, confirma tu fe y trasciende la razón.


sábado, 25 de enero de 2014

El Experimento

Lleva en su alma tu recordatorio
Todo comenzó solo por verte
Le llevaste a tu laboratorio
Donde hacías pruebas a la suerte

Fue una mezcla burda con mercurio
Puros sentimientos de probeta
Un amor tan bello como espurio
Y un electroimpulso de falda coqueta

Y ahora se da cuenta que él era el experimento
Algo se lo dijo, pero él quiso comprobarlo
Conejillo de indias y una prueba del momento
Guarda el corazón, que eso no es para probarlo

Como del azar fue la infusión
De sustancias dulces como miel
Extrajiste del occiso cada emoción
Por todos los poros de la piel

Y electrocutaste con tus besos
Su mecanismo de inhibición
Sus neuronas y todos sus sesos
Una alquimia bajo el pantalón.

Y ahora se da cuenta que él era el experimento
Algo se lo dijo, pero él quiso comprobarlo
Conejillo de indias y una prueba del momento
Guarda el corazón, que eso no es para probarlo.


martes, 21 de enero de 2014

La Paradoja Cósmica:

Esta es la Paradoja Cósmica, que el infinito ser se convirtió en un ser finito. La vida padeciendo en sí la muerte en una cruz. D!os que es la esencia del bien, tomando la muerte que es la materialización del pecado y del mal, en su propio cuerpo, para absorberlo todo y destruirlo en sí mismo.

Para luego levantarse otra vez, dando con ello muerte a la muerte y haciendo en sí mismo una nueva creación, una nueva humanidad. Por ende, todo aquel que deposita su fe y confianza en Él, es una nueva creación, capaz de sobreponerse y vencer el mal, el sufrimiento, el dolor y aún la muerte. Todo gracias a Cristo.

En resumen, esta es la paradoja Cósmica:
D!os infinito que es vida y en quien no hay muerte, se hizo finito para padecer la muerte y de esa manera darle muerte a la muerte. Para que a través de su muerte nosotros tuviésemos vida.


El Dios de Leibniz

En los otros artículos relacionados a la lectura programada del libro "La crisis de Dios HOY", escribí un poco sobre Descartes y Spinoza, grandes racionalistas del siglo VII. Pero hubo otro muy grande, Leibniz. Nació en 1646 y fue filósofo, lógico, matemático, jurista y político alemán.

Él defendió la existencia de un principio originario del ser, que es capaz de unificar todos los tipos de fenómenos. Este principio es: La Fuerza.

Su idea central del sistema filosófico es "la existencia de una conexión real, orgánica y operativa entre todos los fenómenos del mundo.  Una Armonía Preestablecida que es el enlace y acomodamiento de todas las cosas creadas a cada una y de cada una a todas las demás". 

Para él, la creación implicó un cálculo de infinitas variables que realizó el pensamiento divino. Dios es totalmente libre al crear el mundo existente. Pudo haber elegido otro, porque es “el mejor de los mundos posibles.”  En un sentido numérico o matemático por una parte, pero también en un sentido moral.

Leibniz habla a favor de la existencia de Dios y hecha mano del argumento ontológico que ya he mencionado en post anteriores. Se refiere al enunciado “Dios existe”, el cual se confirma por si mismo. La idea es que Dios es un ser sumamente perfecto; la existencia es una perfección, por lo tanto la existencia debe ser necesariamente un atributo de Dios, entonces… sí, Dios existe.  La existencia es parte de la esencia de Dios.

Dicho de esta forma, el argumento resulta vacío para muchos otros pensadores y francamente, en lo personal no me prueba nada.  Me agrega valor a un concepto preestablecido de D!os pero no me sirve como una prueba de su existencia.

Para Leibniz, el obrar de D!os busca siempre lo mejor. Pero si existe el mal en el mundo… quién es responsable de ello? Dios? Él responde que no. Sus argumentos están en La Teodicea donde habla del mal metafísico, físico y moral.

El mal metafísico es la imperfección del ser humano que es el resultado de su finitud, donde radica la fuente del mal y el error. La capacidad para hacer el mal y padecerlo. Pero si D!os creó al hombre, entonces… es el responsable del mal?  Leibniz dice que no, ya que es mejor existir que no existir y que "Dios desea antecedentemente el bien y consiguientemente lo mejor.  Que incluso en el mejor de los mundos posibles los seres creados somos imperfectos ya que de otra forma seríamos dioses".

El mal físico son los sufrimientos humanos y Leibniz lo considera como parte del orden. Resultado, muchas veces del mal moral, o un medio para el perfeccionamiento.

Por último, el mal moral es el pecado. Entonces, de nuevo surge la pregunta… el mal moral es responsabilidad de D!os? De nuevo su respuesta es no, ya que estas acciones malas del ser humano son un despliegue de su carácter imperfecto y limitado como creatura. Dios no quiere el mal moral ni es la causa de él, pero lo permite para respetar la libertad humana.  Estas definiciones tuviero aceptación por muchos pero fueron altamente criticados por otros, hasta la fecha.

J. Echevería, traductor de Leibniz dijo que "el Dios leibniciano, se refiere primordialmente a la sustancia que solo se manifiesta en los individuos o seres individuales, nunca en los géneros o especies que lo subsumen".

Ahora, si tomamos las palabras de Leibniz acerca del mal metafísico y el mal moral, y le damos seguimiento al concepto, podríamos decir que el mal viene de las decisiones malas de los hombres, las cuales basa en su razonamiento y experiencia las cuales son finitas. Esas decisiones se hacen reales a través de la misma voluntad del hombre. Y si Dios manipulara la voluntad del hombre, entonces el hombre no sería una criatura libre.

D!os dotó al hombre de características que están presentes en la misma divinidad. Características como la libertad de decidir o libre albedrío; y la voluntad. Esto, aún sabiendo que el hombre podría voluntariamente elegir mal y elegir el mal como parte de su propia finitud como ser creado. 

Las Escrituras Sagradas dejan ver que aunque D!os no deseaba que el hombre eligiera mal, le permitió elegir libremente como un ser creado a semejanza divina. Sabiendo que el hombre elegiría mal y que por dicha decisión se sometería a sí mismo al mal y al sufrimiento, tenía un plan. El de hacerse algún día un hombre finito y experimentar en sí mismo el mal y las consecuencias del mal que Él no hizo. Tomando el sufrimiento y el dolor resultantes de las malas decisiones de la humanidad en su mismo ser.


Y el D!os hombre que es la vida, experimentó en sí mismo la muerte, resultado del mal del hombre. Esto paradójicamente para padecer Él, en sí mismo el mal que no creó pero permitió. Y no solo padecerlo, sino vencerlo en la paradoja de la cruz. Tomando mi lugar y el tuyo para destruir lo que ningún hombre finito podría destruir sin destruirse a sí mismo, ya que eso es inherente a su naturaleza caída: el pecado. Tal obra solo la podía realizar el mismo creador infinito, perfecto y poderoso en la cruz del calvario, por ti y por mi.

(La teoría es tomada del Libro La Crisis de Dios HOY, de Juan José Tamayo Acosta)

martes, 14 de enero de 2014

Spinoza y el Panteísmo

En post anteriores había escrito acerca de Descartes y Pascal. Y acerca de como uno creía que se podía demostrar la existencia de D!os a través de la razón y el otro creía que tal cosa era imposible ya que nuestro razonamiento y nuestro mundo es finito y no podía acercarse siquiera a entender a D!os y probar por puros medios empíricos su existencia. Dichos post son el resultado de la lectura programada del libro La Crisis de Dios HOY de Juan José Tamayo Acosta.

Escribí también acerca del deísmo ilustrado, que entre sus corrientes mantiene la postura de que D!os existe y es creador, pero no interactúa con la humanidad ni interviene en la Historia. Este deísmo es en parte, un resultado de tratar de explicar a D!os y de demostrar su existencia solo a través de la revelación natural, que es la naturaleza, el mundo que nos rodea, su ordenamiento y los principios que le rigen. Esta forma de comprensión tiene poco o nada de fundamentación en la revelación especial como La Escritura Sagrada judeo cristiana.

Ahora bien, uno de los pensadores que se salió de la ortodoxia religiosa de su entorno a la heterodoxia, fue Baruc Spinoza, que nació en Amsterdam en 1632.  Él se alejó de los dogmas y las interpretaciones tradicionales para manifestar su concepto acerca de D!os. Lo que la matefísica tradicional llama Dios, él llama Naturaleza. Para Spinoza, Dios y la Naturaleza son intercambiables. Les define como substancia que es en sí y se concibe por sí, cuyo concepto no necesita del concepto de otra cosa para formarse.  La substancia se basta a sí misma y es infinita, eterna e increada.

El Dios de Spinoza no es un Dios relacional ni personal. Está libre de alegrías y tristezas por lo que no puede entablar una relación directa con el hombre.  Con esto disuelve a Dios en la totalidad del mundo.  Aunque algunos le tildaron de ateo, para Kant el spinozimo es mas bien cosmoteísmo. 

Este tipo de pensamiento es Panteísta, que ve a Dios en la naturaleza, como parte de la naturaleza y es en sí, la naturaleza. De esa cuenta se podría decir que el oxígeno es Dios, la vaca es Dios, el suelo e Dios, la silla donde estás sentado es Dios, etc.

Este panteísmo proviene de un acercamiento a D!os solo a través de la misma naturaleza que es finita y no tiene consecuencias de alcance moral ni eterno. Porque si D!os no fuese una persona no necesitamos orarle, obedecerle ni rendirle cuentas.  Es algo totalmente diferente a lo que profesamos los creyentes bíblicos, que confiamos en las Sagradas Escrituras como revelación de D!os a la humanidad. Para mi como para muchos otros, esta revelación es progresiva y limitada porque esta hecha dentro de un mundo limitado, pero las palabras que se guardan dentro, poseen vida y esa vida trasciende los límites de lo finito. Tiene un alcance ilimitado.

En ellas comprendemos que D!os esta interesado en una relación con el hombre. Es una persona y posee sentimientos, emociones y pensamientos como nosotros puesto que nosotros fuimos creados a su imagen y semejanza y no viceversa. Esta antromofización de D!os es solo de su concepto, para poder comprenderlo en parte, pero no es una antromorfización de su escencia.

Para pensar: Si D!os y la Naturaleza son un mismo concepto y en la naturaleza coexisten el bien y el mal… en D!os hay bien y mal a la vez? Y si es así… lo malo y lo bueno solo son parte de un todo y no existe tal división real entre ambas escencias? Tal pensamiento nos dirige a una unidad total en la que no existe ese dualismo entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto. Cómo entonces puede fundamentarse un sistema moral válido que le ayude a distinguir al hombre entre lo bueno y lo malo? Si D!os es la Naturaleza y es impersonal… le debo rendir cuentas? Si Dios es una escencia distinta a la naturaleza y es personal y tiene voluntad (como lo indican las Sagradas Escrituras y como lo demostró Jesucristo)… debo rendirle cuentas? Cómo afecta esto mi vida y mis decisiones?


(La teoría es tomada del Libro La Crisis de Dios HOY, de Juan José Tamayo Acosta)

sábado, 11 de enero de 2014

¿Un residencial seguro o un mortal vecindario?


Si pudieras elegir entre un residencial con seguridad las 24 horas y un barrio con un muerto cada 24 horas... cuál elegirías para vivir? Curiosamente Cristo eligió nacer y vivir en el vecindario más inseguro de su época. Y no solo eso, sino que eligió la forma más insegura para venir al mundo: la forma de un bebé. Para ello tuvo que haber sido un feto y estar bajo los cuidados intensivos de una frágil doncella, la bendita virgen María.

Eligió el lugar más inseguro e insano para nacer: Un pesebre en un establo. Rodeado de animales sucios y olores desagradables. Eligió un territorio inseguro en el momento más inseguro y peligroso para nacer: Israel. En ese contexto histórico, Judea estaba bajo la bota del Imperio Romano. Había un señor soberano que dictaba el rumbo del mundo y ese era el emperador. Y había un solo Rey en Judea (bajo la autoridad del Emperador), Herodes. Cualquier niño nacido en este territorio y en este momento de la Historia, era desde su primer respiro, un súbdito del Emperador y un siervo del Rey.

Cualquier sentimiento nacionalista de parte de los judíos era señal de sedición. De repente aparece una comitiva internacional que va en busca de un niño, un descendiente del rey David, una esperanza, una promesa de un nuevo reino lleno de justicia. Eso es totalmente sospechoso y subversivo. Es totalmente contraproducente para el rey actual: Herodes.

Con el propósito de prevenir cualquier levantamiento contra su autoridad, el Rey Herodes envía a matar a todos los niños menores de dos años. Y así podemos ver que desde sus primeros meses, Jesús fue perseguido. En su tiempo de ministerio activo, la gente lo reconocía con el título: Hijo de David. Esto era una afrenta para el Imperio. Se reconocía su linaje real y su capacidad para restaurar el reino de la casa de David, de la cual proféticamente se había escrito que no tendría fin.

Todo el tiempo esto representó un peligro de muerte. Cristo, siendo en forma de D!os no se aferro a ello sino que se despojó a sí mismo tomando la forma de hombre y de siervo y haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Su motivación fue salvarte. Él vino al lugar más inseguro, en el momento más inseguro para darte seguridad eterna, para tomar tu lugar y el mío y de esa forma hacernos partícipes del suyo.

Eligió la forma más dolorosa y humillante de morir: La cruz. La crucifixión era el peor de los castigos y de las ejecuciones en el Imperio. Era tan humillante que a los ciudadanos romanos se les garantizaba que no sufrirían este tipo de castigo, gracias a sus ciudadanía. Para los judíos colgar en un madero era señal de maldición, pues está escrito: Maldito aquel que cuelgue de un madero.

Jesús se hizo un bebé, pobre, sirviente, condenado. Y se hizo pecado y maldición, rechazado por los hombres y aún por D!os, su padre, para que tú y yo, al creer en su nombre y al creer en su sacrificio por nuestros pecados recibamos vida eterna. Si tomamos la decisión de creer en Él, confiar en Él y rendirnos totalmente a Él, por su gracia nos hace morar junto a Él y bendecirnos en los lugares celestiales.

De nuevo pregunto: Si pudieras elegir entre un residencial con seguridad las 24 horas y un barrio con un muerto cada 24 horas... cuál elegirías para vivir? Curiosamente Cristo eligió nacer y vivir en el vecindario más inseguro de su época para que tú a la larga pudieras mudarte al residencial más seguro de todos los tiempos: el cielo. ¿Aceptas hoy el intercambio?


martes, 7 de enero de 2014

¿Dios de Abraham o Dios de los filósofos?

Siguiendo con la lectura programada de el libro “La crisis de Dios Hoy” de Juan José Tamayo Acosta, hace unos días escribí en cuanto al tema de Descartes, pero hoy nos encontramos en la Historia con Pascal, quien tuvo características afines a las de Descartes pero también marcadas diferencias en su visión.

Descartes llevó a cabo una revolución filosófica bajo la guía de la razón. Pascal no tiene en poca estima la razón, puesto que la aplica en sus investigaciones científicas, pero subraya que ésta es limitada para comprender la fe y para experimentar a Dios. Por ello habla de un nuevo concepto: La lógica del corazón.

Pascal nació en 1623 y se le consideró un niño prodigio.  Fue matemático, físico, filósofo y teólogo.  El 23 de noviembre de 1654 tiene una experiencia espiritual que cambia para siempre su forma de ver la vida. En su conversión, él dice que le fueron revelados los principios de una “ciencia admirable” basada sobre la “lógica del corazón”. Él distingue entre el pensamiento racionante y el sentimiento o instinto.

Por el corazón conocemos los primeros principios y por la razón las conclusiones lógicas. Ni el corazón es menos que la razón ni la razón menos que el corazón. Por ambos se llega a un conocimiento de la verdad de cierta manera.

Para él, la fe es el camino del corazón y el corazón tiene razones que la razón no entiende. El único camino hacia Dios es por el corazón, pues la fe es un don de Dios, no un don de la razón.

En el Memorial de su segunda conversión, Pascal afirma que Dios es “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, no el Dios de los filósofos y los sabios.” Hay una similitud en su pensamiento y en la de Tertuliano que veía y hacía notar que hay una real diferencia entre Jerusalén y Atenas; la Iglesia de Cristo y la Academia de Platón.

Para Pascal la razón es incierta y no puede comprender ni demostrar la existencia de Dios.  Si Él existe, no tiene límites y por lo tanto esta fuera del alcance de nuestras mentes limitadas. De manera que para Pascal, no se puede conocer a Dios sino a través de Cristo, pues la naturaleza solo convence a los ya convencidos. Quienes dejan a Cristo fuera de su búsqueda de Dios y solo tratan de encontrarlo a través de la naturaleza, pueden caer en el deísmo (del cual escribí en el post anterior referente al libro) o incluso en el ateísmo.

Pascal dijo “Nuestro Dios no consiste simplemente en ser autor de verdades geométricas y del orden de los elementos, no consiste simplemente en un Dios que ejerce su providencia sobre la vida y sobre los bienes de los hombres…” El Dios de los cristianos “es un Dios de amor y de compasión, un Dios que llena el alma y el corazón de quien lo posee; un Dios que hace sentir la propia miseria y la misericordia infinita.”

Ahora, yo, en lo personal, creo que la razón, nos fue dada a los homo sapiens como un reflejo de una de las características de D!os. Por medio de la razón podemos observar el mundo que nos rodea, indagar en el universo y llegar a la conciencia de su existencia.  Es por ello el asombro que todo ser humano tiene frente a tan hermosa y terrible naturaleza. Y ese asombro y temor que sobrecoge al hombre, independientemente de su territorio y cultura, lo ha llevado a las diversas formas de adoración a la divinidad. Como bien han dicho algunos, que el hombre es irremediablemente un ser religioso.

Es por la razón y por nuestra percepción de la naturaleza, que llegamos a la conciencia de algo trascendental, a la conciencia de lo divino. En otras palabras, por la conciencia de esta finitud perceptible por nuestros sentidos, llegamos a la conciencia de la infinitud que va más allá de nuestros sentidos.

Pero esta conciencia de la infinitud, de lo trascendente y de lo divino, es opaca y subjetiva. Es por eso que en Cristo, tenemos la revelación clara de D!os, de su naturaleza y su carácter. Es por la intervención objetiva y real de D!os en la Historia de la humanidad a través del humano más perfecto: Cristo, que nuestra razón finita y limitada es reconciliada con D!os infinito e ilimitado. Y es por Él que nuestra lógica de la razón y el corazón convergen en la experiencia personal de la fe.

(La teoría es tomada del Libro La Crisis de Dios HOY, de Juan José Tamayo Acosta)